La Patrona, el orgullo de Pollença

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Es el momento más esperado del año por el pueblo pollencí, la fiesta mayor por excelencia: el 2 de agosto, día de la Mare de Déu dels Àngels, patrona de Pollença.

Se trata de una fiesta de elevadísimo interés cultural. El pistoletazo de salida lo da al alba la Banda de Música de Pollença interpretando l’Alborada que sonó por primera vez en 1882. Al mediodía, los cossiers (un grupo de hombres y una dama vestidos con trajes coloridos) representan con su danza el triunfo del bien sobre el mal y, finalmente, la fiesta llega a su momento álgido con el simulacro de la batalla de moros y cristianos. Una sangrienta batalla que tuvo lugar la noche del 30 al 31 de mayo entre los pollencins y los corsarios de Dragut. Esa noche, un ciudadano, Joan Mas, tras invocar a la Mare de Déu dels Àngels, reunió a todos los hombres de Pollença para plantar cara a los corsarios. Y vencieron.

La recreación de este momento año tras año impresiona. El pueblo se vuelca en revivir la batalla y cuidan sus vestimentas al detalle para simular a la perfección ambos bandos: los moros y los cristianos. Hasta se convocan elecciones durante el año para seleccionar a quienes encarnarán a Joan Mas y a Dragut, todo un honor y un objetivo que persiguen todos los hombres de Pollença. Cuando termine la batalla, tras conseguir los cristianos la ansiada bandera con la estrella y la media luna, los vencedores cantarán visiblemente emocionados el ‘Te deum’ en la parroquia.

Es una fiesta de las que emocionan. Muchos turistas y visitantes de otras localidades acuden todos los años para vivirla junto al pueblo pollencí. Os la recomendamos encarecidamente. No es un espectáculo que se ve todos los días.